El trabajo y las lesiones oculares prevenibles

Las lesiones oculares en el trabajo se producen por la falta de protección necesaria y adecuada para la tarea que se realiza. Las más usuales son resultado de objetos que caen o vuelan como astillas o desechos generados al lijar, moler, partir, o chispas que golpean el ojo, sobre todo cuando se trabaja con soldaduras que pueden quemar la córnea y causar una lesión grave.

Otras lesiones son ocasionadas por objetos punzantes o cortantes como ramas, sogas, cadenas, herramientas y poleas suspendidas en el aire sin la seguridad correspondientes.

Las exposiciones químicas son sumamente peligrosas, ya que el trabajo con agentes químicos expone a los ojos a salpicaduras, vapores y humos. El daño a los ojos debido a productos alcalinos o ácidos cáusticos puede ser extremadamente graves ya que puede provocar la ceguera. El hidróxido de sodio (soda cáustica, lejía) empieza a destruir el tejido del ojo en un décimo de segundo.

Al producirse un accidente, trabajadores y empleadores deberían obtener ayuda inmediata. Demorar la atención médica puede resultar en pérdida permanente de visión o ceguera.