Las innovaciones en el campo de la oftalmología permiten que los diagnósticos sean cada vez más precisos y los tratamientos y cirugías logran que las personas no pierdan su capacidad visual por el natural paso del tiempo o por enfermedades antes sub-diagnosticadas o no tratadas a tiempo. Entre estos avances de la ciencia y la técnica aplicadas a la salud, se destaca en este siglo XXI el desarrollo de la Tomografía de Coherencia Óptica (OCT).
Este tipo de tomografía permite el estudio de patologías tanto retinianas como glaucomatosas y corneal. Se utiliza básicamente para el estudio de las maculopatías, DMAE, edemas maculares, lesiones de nervio óptico, etc. y el control de tratamientos intravítreos.
La OCT se trata de una técnica de visualización que basándose en los principios de la coherencia óptica permite generar imágenes del interior del globo ocular mediante el uso de haces de luz de láser. Este haz es capaz de penetrar en los tejidos observados, generando reflejos internos en el mismo que son captados y procesados. De esta forma se pueden obtener imágenes seccionales de los componentes tisulares hasta cierta profundidad, obteniendo imágenes que recuerdan en cierto modo a las de una biopsia. A partir del procesamiento de la información capturada por el sistema se pueden realizar mediciones cuantitativas del grosor, amplitud de los tejidos analizados.
El uso fundamental de la OCT se basa en el estudio de la retina, especialmente de la mácula, donde permite obtener imágenes de alta resolución de las distintas capas de la misma. También se pueden obtener imágenes en la cabeza del nervio óptico o en otras zonas de la retina central. La OCT permite asimismo el estudio de otros tejidos oculares como la córnea y el iris.
Asimismo los tomógrafos OCT de última generación como el que posee la clínica Ocularis, permiten obtener imágenes seccionales de alta resolución en la córnea y en el ángulo iridoesclerocorneal. A partir de estas imágenes se logra identificar lesiones titulares en los mencionados tejidos tales como cicatrices, ablaciones, iridotomías, tumores, etc., pudiendo asimismo realizar mediciones cuantitativas de precisión (ángulo camerular, paquimetría corneal, profundidad de cámaras anterior, vault en ICL, entre otros).