Esta fecha fue establecida en 2020 y se conmemora con el fin de abordar la epidemia mundial de obesidad. Según datos de la Organización Mundial de la Obesidad (OMS), desde 1975 esta enfermedad se triplicó.
La obesidad es un factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo 2, apnea del sueño, ictus y osteoartritis, así como para algunas formas de cáncer y patologías dermatológicas y gastrointestinales.
Algunas enfermedades asociadas a la obesidad, como la diabetes o la hipertensión arterial, pueden tener consecuencias a nivel ocular produciendo problemas de visión.
En primer lugar, la retinopatía diabética es una complicación frecuente de la diabetes mellitus y aparece cuando se deterioran los vasos sanguíneos de la retina, pudiendo producir una disminución severa de la visión e incluso conducir a la ceguera.
La hipertensión arterial también puede conllevar la llamada retinopatía hipertensiva, en la que el aumento crónico de la presión sanguínea provoca daños sobre los vasos retinianos y los tejidos que los envuelven, pudiendo así afectar la visión.
Además, con la con la obesidad aumenta el riesgo de aparición de otras patologías oculares como la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), las cataratas, el aumento de la presión intraocular o glaucoma y el ojo seco.
Siempre recomendamos la prevención a través de una dieta variada y equilibrada y ejercicio físico moderado de manera regular, protegernos de la radiación ultravioleta de la luz solar y realizar revisiones oftalmológicas periódicas que nos permitirán poder detectar precozmente cualquier patología ocular.